No dejaba de ver el celular. La clase de Contabilidad 1 estaba a punto de acabar y no había señal alguna de que lo fuera a soltar.
El maestro ya ni se molestaba en pedirle que lo dejara. No seria la primera vez que lo haría, y sabia muy bien, que no seria la última. Para ella, nada de eso importaba. Tenía una misión importante y los estados financieros no la harían cambiar de parecer.
Había regresado de viaje hace unos días, y no había tenido la oportunidad de compartir todas sus fotos. Se encontraba dándole los últimos toques a su foto con el Golden Gate Bridge de fondo. Poniendo la misma pose que ponen todas las mujeres en Instagram, también conocida como el flamenco[1], estaba decidida a convertir esa foto en un hit. Incluía todos los requerimientos.
[1] Posición exagerada donde se coloca un brazo en la cadera al mismo tiempo que se levanta el talón con el objetivo de verse con más pompa.
Un mundo donde absolutamente todos tienen cuadritos
Yoga pants, top medio escotado, pose de flamenco, nada podría salir mal. Presiono el botón de compartir al mismo tiempo que dejo ir un leve suspiro.
30 segundos… levanto el celular para ver lo que ocurría. Likes y comentarios de las mismas 3 amigas que le ponen likes y comentarios a todas y cada una de tus fotos. No entiendes ni siquiera como lo hacen tan rápido.
1 minuto… no habían pasado ni 30 segundos antes de que lo volviera a levantar para ver como iba. 15 likes más, todos de hombres desconocidos que solo le comentaron fueguitos y caras con corazones en lugar de ojos. Iba subiendo, pero no al ritmo que ella esperaba.
Tu valía se determina por lo que eres y das cada día, no por el número en una aplicación
Un leve escalofrió recorrió todo su cuerpo.
Y si no puse el filtro correcto.
Y si mejor hubiera subido la otra donde salgo sonriendo.
Y si no soy tan guapa como las demás.
Todas esas voces negativas regresaron a su cabeza al no estar teniendo el impacto que ella había esperado.
Llevaba estancada 3 meses con el mismo número de seguidores, y no entendía lo que estaba haciendo mal.
Por alguna razón, no lograba pasar de ese número que parecía estar burlándose de ella en ese momento.
Y si no puse el filtro correcto
Al parecer, que te sigan solo 5 mil personas no es suficiente cuando hay modelos que ya llegaron a los cientos de miles o millones de seguidores.
Pasaron un par de horas más, y se detuvieron. No más likes y no más comentarios. Había alcanzado el mismo nivel de engagement que alcanzaba usualmente. Su animo cambio.
Dejo que un número en una aplicación determinara la confianza en si misma.
Dejo que algunos extraños tuvieran poder sobre su valía.
Un pequeño golpe de endorfinas con cada foto solo para darnos cuenta más adelante que no tiene importancia alguna
Suena ridículo, ¿no? Pero ¿no lo hacemos todos? Las redes sociales han llegado para cambiar al mundo.
Como una herramienta sin límites, al conectarnos con millones de personas; y como una maldición, al compararnos todos los días con personas más guapas, más exitosas, y con mejores vidas, o al menos, eso es lo que aparentan tener.
35 fotos después eligieron la perfecta. El vestido, el maquillaje, la pose utilizada, todo en perfecta sincronía para conseguir más likes. Todo en línea para volverse “famosos” y tener más valía dentro de este mundo perfecto.
Un mundo donde los que hacen ejercicio nunca están desmotivados.
Un mundo donde los “emprendedores” nunca están cansados y pueden trabajar 20 horas sin dormir.
Un mundo donde absolutamente todos tienen cuadritos.
Eso si, no tan importantes como aquellas que lograron alcanzar los millones
No estoy diciendo que no aspiren a algunas cosas que ven en redes sociales. Grandes ejemplos a seguir dentro del fitness los he sacado de ahí, pero háganlo respetando su propio camino.
Háganlo sabiendo que todos tenemos nuestros propios tiempos.
Háganlo sabiendo que el número de seguidores que comparte contigo tu trayecto no tiene importancia alguna.
Es curioso como le damos valor a ciertas personas por el número de seguidores que tienen. Por el simple hecho de haber llegado a los miles, son gente importante. Eso si, no tan importantes como aquellas que lograron alcanzar los millones.
Dejo que algunos extraños tuvieran poder sobre su valía
Peor aún, el valor que nos damos a nosotros mismos se rige por ese mismo número maldito. De alguna manera, entre más gente te siga, más importante serás, más valor tendrás y más feliz estarás.
Un pequeño golpe de endorfinas con cada foto solo para darnos cuenta más adelante que no tiene importancia alguna. Solo para darnos cuenta de que nunca la tuvo.
Cada uno de nosotros esta recorriendo su propio camino. Cada uno de nosotros tiene sus retos y sus objetivos. No importa donde se encuentren los demás. No importa si otros ya alcanzaron algunas metas.
Lo único que importa es que cada día te acerques más a las tuyas. Lo único que importa es que hagas hoy algo que te haga mejor a ti sin importar ese número.
Tu valía se determina por lo que eres y das cada día, no por el número en una aplicación.
Comentarios